Recuerda cuando tu empresa empezó a internacionalizarse, abriéndose paso en nuevos mercados. Trabajasteis para incorporar sus idiomas en la empresa. Los servicios y productos ya se presentan en nuevos catálogos escritos en la lengua del países de destino, y todo el aparato de puertas para afuera —atención al cliente, redes sociales multilenguaje, trato con proveedores—, también.
Hay confianza suficiente en los equipos destinados a gestionar las comunicaciones externas, y ese trato cercano da para tratar los asuntos de manera pormenorizada. Son como cabezas de una hidra empresarial en la que nosotros somos el cerebro.
Sin embargo, seguís manteniendo reuniones en el lenguaje original, la documentación e información internas están segmentadas porque, total, “eso solo lo vamos a leer nosotros”.
Entonces, un día cualquiera y traicionero, resulta que queréis homogeneizar el flujo de información. Puede ser debido a una regulación, a causa de una eventualidad inesperada, o porque, simple y llanamente, queréis hacerlo así.
Entre tus ideas, seguro que está el recurrir a programas de formación para la plantilla como los que nosotros ofrecemos y eso está bien. Pero ese aprendizaje va a requerir de un tiempo precioso, cuya inversión rentará con creces en un futuro, pero que puede acelerarse si la empresa toma algunas medidas que acompañen a los cursos de idiomas.
Todos nos sabemos las recomendaciones para seguir mejorando individualmente que nos ofrecen los profesores de idiomas: visionado de series y películas en versión original, escuchar canciones, leer sobre nuestros hobbies en la lengua que deseamos aprender o apuntarse a grupos de conversación.
Y ahora, ¿qué podemos hacer en la empresa para potenciar el desarrollo de esas lenguas?
5 prácticas para asimilar la introducción de idiomas en la empresa
- Cambiar el lenguaje del escritorio de trabajo (el de Windows o Mac, no el de IKEA). Aunque puede ser un poco lioso al principio, es fácil relacionar qué es cada cosa gracias a los iconos. Progresivamente podemos introducir los nuevos idiomas en cada software de gestión. Nada mejor para adquirir el vocabulario específico que cada empleado necesita en su puesto de trabajo.
- Difundir trípticos o traducir la señalética de las instalaciones. A modo de bocaditos de información, el nuevo lenguaje irá aposentándose a base de descansar la vista de vez en cuando sobre esa clase de material.
- Un día al mes, o a la semana, reuniros fuera del trabajo y hablad sobre cualquier tema. Cread una zona segura y cómoda para charlar en la segunda lengua, donde nadie se ría o señale jocosamente un error de pronunciación o sintaxis, y donde todos aprendan distendidamente. Se trata de crear vuestros propios grupos de conversación para practicar.
- Ahora que se acercan las navidades, es momento de Christmas. Es aplicable a otras celebraciones y notificaciones, pero la idea es empezar a dar los mensajes de toda la vida en el nuevo idioma. Así, se despliegan relaciones entre lo que sabemos decir y lo que sabremos decir.
- Y el que quizá sea el truco más simple de todos, aunque requiere de un conocimiento básico del idioma a aprender: hilo musical durante las horas de trabajo. Aunque tengamos la cabeza en otra cosa, el lenguaje irá engarzándose poco a poco en la trastienda mental.
Estas son algunas prácticas que podemos llevar a cabo desde ya mismo. Si se te ocurre alguna más, ¡no olvides compartirlo en los comentarios!
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