Cualquiera puede hacerse con un nuevo lenguaje hasta mantener conversaciones fluidas. Desde quienes insisten en que todo es cuestión de práctica a quienes lo ven como un don, todos son capaces. Y aunque aprender un nuevo idioma es una tarea que requiere tiempo, existen pequeños hábitos a nuestro alcance que facilitarán esa experiencia.
Descubre cómo aprendes y explota ese conocimiento
Las personas tenemos preferencias a la hora de experimentar el mundo. Hay quien aprende mejor según los estímulos visuales, quien es capaz de comprender mejor lo que escucha y quien asimila a través de lo que perciben todos sus sentidos durante la práctica.
Para los primeros recomendamos vídeos, fotografías, cómics, tablas e infografías y esquemas; para los segundos, escuchar programas de radio, leer en voz alta y tratar de incorporar debates a sus sesiones de estudio; para los terceros, es posible que la mejor opción pase por traducir artículos sobre sus inquietudes, buscar documentación o cambiar sus herramientas de trabajo al idioma que desea aprender.
Estudia durante tus mejores horas
¿Eres una persona activa desde por la mañana? ¿Operas mejor después de la siesta? ¿Eres una persona-búho? ¡Intenta estudiar entonces!
Muchos estudian cuando pueden, pero si tienes la posibilidad de gestionar tus horarios de alguna manera, centra tus horas de estudio en aquellas que estés más alerta o te sientas más confortable.
Busca la inmersión
La excitación es uno de los mejores estimulantes educativos. Busca grupos de idiomas en tu ciudad e intégrate. Conocer gente es una actividad que dispara nuestras alarmas para bien y para mal, por lo que puedes aprovechar esa alteración a la hora de aprender un nuevo idioma.
Si eres una persona introvertida, te puede ser suficiente con buscar foros en la lengua que estás estudiando.
Haz ejercicio
Basta con un paseo de 20 minutos a buen paso para que el cuerpo se tonifique lo suficiente como para mejorar la circulación y despejarse. Ese estado facilita la oxigenación del cerebro y que éste se pueda centrar mejor en cualquier tarea.
Estos cuatro consejos atacan los pilares básicos del aprendizaje: conocernos a nosotros mismos, exponernos a nuevas experiencias y mantener una armonía entre cuerpo y mente. Y aunque no vamos a empezar a hacer yoga, ni nos daremos a las medicinas alternativas, conviene que tengamos un poco en cuenta aquello de que mens sana in corpore sano.
O lo que es lo mismo: si quieres aprender un nuevo idioma, que no sea demasiado para tu cuerpo.