Hay una nueva tribu urbana. Una generación de individuos dispuestos a defender y armar su posición en cualquier momento. Son un clan que pasa desapercibido porque, en el fondo, es aquella gente que ha ido posicionándose lentamente en nuestro día a día. De hecho, están en tu entorno.
Son esos profesionales que generan conocimiento gracias a su vinculación estrecha con las nuevas tecnologías y las ideas extraídas de ellas.
Son quienes parecen estar a la que salta para aportar valor en forma de información útil y práctica en el momento necesario.
Son los knowmads.
Pero, ¿cómo reconocerlos?
El rasgo más característico de un knowmad es su capacidad para poner sobre la mesa cualquier técnica motivacional o productiva, desde planteamientos de recursos humanos a procesos y protocolos institucionales, traídas desde los lugares más recónditos de la Red de Redes y las últimas tendencias tecnológicas.
Es una capacidad que nace de estar escuchando constantemente. Estar a la última se convierte en una especie de modo de vida para ellos, aunque no tenga nada que ver con la moda. Son personas abiertas, que están dispuestas a aprender y a desaprender enseguida, y saben que la mejor manera de hacerlo es metiéndose de cuatro patas en proyectos nuevos y arriesgados.
Lo que lleva a otra interesante característica: son aquellos que en lugar de afrontar el miedo al fracaso, lo atropellan, lo vapulean y, además, lo ignoran. La actitud temeraria de un knowmad le lleva a considerar el fracaso con la ligereza del optimista más empedernido.
Tienen ideas nuevas, están subidos al carro vertiginoso de la tecnología y carecen de miedo. Estas cualidades son el caldo de cultivo perfecto para hombres y mujeres altamente creativos, compañeros que rompen la monotonía de los protocolos establecidos en una oficina para traer ideas frescas maceradas en semanas y meses de motivadora innovación encontrada en la Red.
Y es ese entusiasmo el que les empuja a compartir sus logros y sus derrotas, lo que convierte a un knowmad en alguien colaborativo en naturaleza e instigador a la colaboración en la compañía. Con una persona así, las jerarquías tiemblan porque la mentalidad de equipo que trabaja unido está por encima de todas las cosas.
Todo eso, como es de suponer, les convierte en catalizadores de soluciones inmediatas para problemas recurrentes. Aunque su constante sed de información les exija mucho tiempo, aunque saben que es precisamente esa sed la que hace que a veces no les quede más remedio que ponerse los galones y ejercer de líderes u orientadores.
¿Y tú? ¿Has reconocido ya algún knowmad en tu vida?
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