El lenguaje no verbal es el gran olvidado en la comunicación. Solemos poner el foco en lo que vamos a decir, y en muchas ocasiones nos olvidamos del cómo lo vamos a decir. El contenido de aquello que contamos es importante, claro está, pero todos entendemos la diferencia entre una persona que convence y una que no. Y no, no es que los primeros tengan un don mágico, es que el lenguaje no verbal supone un 93 % de la comunicación y manejan la gestualidad a la perfección. Os damos algunos trucos para que vuestro lenguaje no verbal mejore.
La mirada
Se suele hablar mucho sobre la importancia de mirar a los ojos a nuestro interlocutor. Pero con decir que hay que hacerlo no es suficiente. Entender el término medio es una virtud, y en el lenguaje no verbal también funciona. Y es que todos sentimos desconfianza si no nos miran a los ojos, pero también nos sentimos intimidados si la persona con la que hablamos no aparta su mirada de la nuestra.
- Mira de vez en cuando a otro punto, que no sea tu interlocutor. Intenta que ese cambio de foco de atención cuadre con la conversación (por ejemplo, mirando hacia abajo si hablamos de la infancia).
- Para los tímidos: si te cuesta mucho establecer contacto visual, mira el tabique nasal de tu interlocutor. No apreciará la diferencia.
La postura
La primera norma del lenguaje no verbal es la de mostrar naturalidad. Nadie se fía de alguien que está tenso, que se mueve demasiado de forma nerviosa, etc. Y esto, es bastante obvio, se refleja en la posición de nuestro cuerpo. Pero hay otros aspectos de nuestra postura que a veces se nos olvidan. Es importante que nuestro cuerpo entero se dirija a nuestro interlocutor. Es muestra de desinterés, por ejemplo, orientar nuestros pies hacia otro lado (parece que estamos deseando que acabe la conversación para irnos).
Las manos
Si la cara es el espejo del alma, las manos son la muestra de nuestra posición ante lo que decimos. Así es, el compromiso con aquello que decimos se hace patente, en el lenguaje no verbal, a través de las manos. Es algo cultural: enseñar las palmas de las manos, en nuestro entorno, es símbolo de sinceridad (pensemos en la representación de la paz con una mano abierta, por ejemplo). Hablar con nuestro interlocutor sin mostrar nuestras manos dará desconfianza. Recuerda:
- No tener las manos juntas ni ocultas durante una negociación.
- Acompañar aquello que dices con gestos con las manos y los brazos. Pero sin pasarse. ¡Demasiado movimiento corporal puede agobiar a nuestro interlocutor!
El lenguaje no verbal, clave a la hora de convencer
Si queréis que vuestra negociación sea efectiva, ya sabéis, cuidad los aspectos más importantes de vuestro lenguaje no verbal: la mirada, la postura y la expresión con las manos. Una gestualidad adecuada es clave para crear un clima favorable. De todas formas estos consejos son solo el principio. Si quieres mejorar realmente, pregúntanos por nuestros cursos de comunicación.