¿Cuáles son las soft skills más valoradas para un profesional?

Saber cuáles son las soft skills más valoradas para un profesional puede marcar la diferencia entre lo que hace tu empresa y lo que hace la competencia. En un momento en el que el conocimiento es más accesible que nunca, la diferencia no está en el saber o el saber hacer, sino en cómo accedemos al conocimiento o cómo lo ponemos en práctica.

Las cualidades que típicamente se aprenden en la formación reglada ya no van a ser más las que marquen la calidad del trabajo de una empresa. Serán las formas, los valores, la eficiencia… Lo que convierta a una organización en destacada. Y esto pasa por la formación en soft skills de tu equipo.

Pero ¿qué son las soft skills o habilidades blandas?

Las soft skills o habilidades blandas son aquellas habilidades sociales y de comunicación que resultan positivas en el desempeño profesional de una persona. Son difíciles de medir, pero están ahí y son clave para los buenos profesionales.

Se complementan con las hard skills, las habilidades duras, aquellos conocimientos técnicos, teóricos o prácticos que se aplican en una determinada área. Son, por ejemplo, saber programar en Python, arreglar una instalación de agua o detectar faltas de ortografía en un texto.

En definitiva, la combinación y el desarrollo de las soft skills y hard skills convertirán a un profesional en excelente. ¡No mires solo el CV y no ofrezcas formación solo en aptitudes técnicas!

Las soft skills más importantes en el entorno laboral

En cualquier entorno de trabajo, las hard skills son esenciales, por supuesto. Pero en la actualidad, cuando la sobrecualificación es una constante, estas no son suficientes (al menos fuera de los sectores en los que escasean profesionales).

Que tu equipo conozca lo que tiene que hacer, a nivel técnico o práctico, es necesario. Pero que el desempeño sea eficaz y fructífero depende de las soft skills. Os explicamos cuáles de estas son las más importantes, también cómo potenciarlas.

La asertividad

Saber decir qué piensas o necesitas es una cualidad muy importante. Cuando las cosas se hablan a tiempo, prevenimos la pasivo-agresividad (que surge cuando alguien decide soportar aquello que le hace mal) y generamos un buen ambiente de trabajo con la honestidad como hilo conductor.

Dejad atrás el “todo bien” cuando no está todo bien. En una empresa que funciona, las cosas negativas se dicen, de manera constructiva.

Solo así generamos relaciones sólidas basadas en la confianza y, lo más importante, damos espacio al cambio, que es desde donde surgen las mejores ideas.

La escucha activa

Saber escuchar es saber optimizar el tiempo. Y saber escuchar no significa permanecer impertérrito y tremendamente concentrado ante el discurso de tu interlocutor.

Se trata de procesar con habilidad lo que nos cuentan, haciendo las preguntas adecuadas para obtener la información que necesitamos. En definitiva, de generar un diálogo constructivo.

La flexibilidad

No solo es necesario, en cualquier entorno, saber ser asertivo y escuchar. También es necesario aceptar la asertividad de los demás y dejar, mediante esa escucha activa, que nos convenzan de puntos de vista diferentes. En un mundo tan variable, la flexibilidad mental es una ventaja que podrá ser muy provechosa para cualquier equipo.

Eso sí, no la confundamos con la permisividad o la pasividad. Ser flexible es comprender las razones de las demás personas, aceptarlas y, si nos convencen, cambiar nuestra opinión.

No se trata de domesticarnos y dejar que el resto imponga su visión. Ser flexible también es, claro, saber llegar a acuerdos cuando hay posturas que chocan: saber ceder es sano si no lo hacemos contra nuestra voluntad.

La comunicación clara

La comunicación efectiva pasa principalmente por dos soft skills: la escucha activa, que ya hemos mencionado, y la capacidad de comunicarse haciéndose entender. Esto, en realidad, tiene mucho que ver con la empatía: nos hacemos entender cuando nos ponemos en el lugar de la otra persona.

No es lo mismo hablar con una persona de mi departamento que con alguien nuevo o que no tiene mis conocimientos técnicos. Si sabemos diferenciar contextos a la hora de comunicar, tendremos la mitad del camino de la comprensión mutua hecho.

El resto se basa más en técnicas de comunicación no verbal y en la estructura y el contenido del discurso.

La creatividad y el pensamiento crítico

Si hablamos de soft skills, la creatividad es una palabra obligatoria. Ofrecer servicios o productos diferentes es cada vez más difícil. Nuestro mundo globalizado y tecnologizado hace que todo se pueda replicar fácilmente.

Por eso, quien sabe pensar fuera de la caja da un valor incalculable a cualquier empresa. No se trata tanto del qué, de nuevo, sino del cómo.

Una estrategia de customer experience, de Ux o de ventas diferente puede retener a los clientes, hacer que te elijan a ti en lugar de a otros competidores. Y este tipo de cosas suelen surgir de las mentes que piensan distinto y que se atreven a innovar.

¿Cómo mejorar las soft skills de tu equipo?

Hay personas que tienen algunas habilidades más desarrolladas, por la razón que sea, y en un proceso de selección puedes utilizar este criterio como decisivo. Eso sí, todas las personas pueden mejorar en estos ámbitos. Con un buen entrenamiento, cualquiera puede conseguir ser mejor comunicador, mejorar su asertividad o sacar al genio creativo que lleva dentro.

Por supuesto, esto supone una inversión para la empresa, pues para conseguir potenciar estas habilidades se necesitan expertos en gestión de equipos y de sus habilidades que puedan ayudar a mejorar. ¿Lo ideal? Hacer una evaluación de necesidades en dos vías:

  • Por un lado, saber cuáles son las soft skills más importantes para conseguir vuestras metas. ¿Queréis agilizar procesos? Os podéis centrar más en la escucha activa entre empleados. ¿Conseguir más clientes? Tal vez promover las estrategias de creatividad. ¿Mejorar la relación con los clientes? La comunicación clara puede ser la clave…
  • Por otro, conocer los puntos fuertes y débiles de cada persona en el equipo, pues en este habrá diversidad. Si sabemos en qué fallamos cada uno, podremos actuar en consecuencia de cara a repensar los roles en la empresa. También, así, sabremos cuáles son nuestros puntos débiles globales y podremos centrarnos en ellos.

Formación en soft skills para gestión de equipos

Una formación en soft skills puede mejorar tu equipo y hacer que tu empresa despunte. Lograr cohesión dentro de un equipo, eficacia, buen trato con el cliente… Son puntos que, si bien pueden pasar desapercibidos, marcarán la diferencia.

Las soft skills se deben y se pueden trabajar.

Ponte en manos de expertos en formación que te ayuden a desarrollarlas. Nosotros te ayudaremos con las soft skills que tienen que ver con la comunicación, por supuesto.

Sobre el autor

Daniel Matilla

Experto en comunicación y aprendizaje. Se ha recorrido varios países con una mochila y los oídos bien abiertos. ¿Su fuerte? Conectar con las personas gracias a la comunicación intercultural. En la actualidad, es el Director de Estudios y colabora con Ontranslation creando contenido.

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