Aprender chino es el nuevo “voy a aprender inglés, que seguro que le saco provecho”. Y si no fuera porque el mandarín es una lengua con una curva de aprendizaje más pronunciada que el Pike’s Peak, tendría todo el sentido del mundo. También hay quien aboga por ponerse las pilas con el ruso o el árabe, pero las inestabilidades socioeconómicas no los consolidan como idiomas candidatos fiables.
Así las cosas, y como nuestro margen de predicción a pie de calle es solo una percepción, nos ha llamado la atención el último estudio llevado a cabo conjuntamente por Cambridge, el MIT, la universidad de Boston y las de Marsella y La Garde. Con datos y mediciones reales, han dibujado varios mapas que demuestran que, a pesar de las modas, el español es y seguirá siendo la lengua que más mercado abrirá a corto, medio y largo plazo.
Entre otros baremos, se han cruzado las referencias entre los libros más vendidos, los idiomas usados en Twitter, o la cantidad de palabras y definiciones en Wikipedia. Los resultados han sido claros: hablar un lenguaje que compartan muchos políglotas conecta fácilmente con un rango mucho más amplio de lenguas. Si aspiramos a llegar a mucha gente, debemos aspirar a llegar a la lengua que comparta la mayor cantidad de gente posible.
Esto implica que las ideas compartidas en chino son mucho más proclives a quedarse dentro del alcance cultural del idioma y no trascender a otros que, por ejemplo, el italiano, el alemán o el portugués. ¿La razón? Mucha más gente habla italiano, alemán y portugués además de otras lenguas.
Es cierto que el estudio omite la comunicación oral y está enfocado en un espectro social relativamente estricto. Al fin y al cabo, miles de millones de personas acceden a Internet, pero no usan activamente los servicios observados. También debemos recordar que China está actualmente aislada de Internet por un cortafuegos gubernamental y sus redes sociales y enciclopedias en línea chinas son totalmente distintas a nuestro Facebook, Twitter o Reddit. Esto puede alterar la impronta en el estudio al mermar la presencia del idioma. Sin embargo, también es cierto que el uso de VPNs es una práctica habitual y la repercusión de dicho cortafuegos sobre los resultados posiblemente sea mucho menor.
Lo que sí se podemos sacar en claro es que si el chino quiere ser el segundo idioma más hablado del mundo, en primer lugar tiene que contar con una cantidad de políglotas mucho mayor, y en segundo lugar, esos políglotas tienen por delante conectar con una mayor cantidad de idiomas. Solo así, a medida de cruzar información más allá de la fronteras del mandarín, aprender chino podrá ser efectivamente el nuevo aprender inglés.
Te ha gustado nuestro post? Recibe nuestra newsletter mensual con el mejor contenido de nuestro blog.