Parece mentira cómo, a pesar de cuánto avanza la tecnología, aún encargamos la comunicación profesional a los métodos tradicionales. Correo tradicional y burofaxes se usan para las notificaciones categóricas; teléfono y correo electrónico (incluso fax), para aquellas más inmediatas. Pero hoy nos vamos a centrar en la comunicación durante el reclutamiento. Porque, más allá de la llamada y la entrevista de rigor, existen caminos inexplorados que están descubriéndose hoy. O lo que es lo mismo: por qué reclutar por WhatsApp u otras plataformas parecidas.
Identidad
Uno de los pilares de WhatsApp y otros servicios de mensajería es que nos obligan a identificar nuestro terminal usando el número de teléfono. De ese modo, número y cuenta de servicio quedan ligadas. Por tanto, casi puedes poner la mano en el fuego a que, si usas el número de teléfono de un currículo, localizarás a quien echó dicho CV.
A menos que carezcan de foto de perfil, casi cualquier servicio de mensajería permite identificar al interlocutor aunque no identifiquemos su número de teléfono. Una imagen corporativa adecuada al medio o una foto profesional pueden ser nuestras herramientas para ganarnos la confianza. Una foto mal tomada, de fiesta o una imagen desagradable, pueden ser definitivas para descartar a un candidato.
Confiabilidad
O lo que es lo mismo: el doble check y equivalentes. Sabes cuándo ha llegado el mensaje y cuándo ha sido leído. Incluso cuando se ocultan esos datos, basta un par de búsquedas por Google para darse cuenta de que es solo un efecto placebo. Si un contacto no parece reaccionar a nuestro mensaje, quizá es mejor contactar con esa persona por otras vías, revisar si nuestro perfil parece de confianza o, quién sabe, no tratar de contactar más.
Discreción
Pero del mismo modo que la anterior razón parece ligeramente cotilla, usar la mensajería instantánea para contactar con un posible reclutado tiene su vertiente privada. Partimos de que contactamos por mensajería instantánea para conseguir, precisamente, una respuesta instantánea. Sin embargo, la otra parte puede no estar disponible para una llamada de teléfono o no gustarle contestar por correo electrónico sabiendo que atravesará los filtros de la empresa. Nadie tiene por qué saber con quién estás intercambiando mensajes y WhatsApp puede ayudar justo a eso.
Comodidad
Por último, hagamos honor a la verdad: especialmente con los pasos importantes, es más fácil responder a un mensaje que llamar por teléfono. Nos atacaba los nervios llamar cuando teníamos que hablar con quien queríamos una cita, nos pasa a la hora de las malas noticias. Un mensaje puede saltarse por todo lo alto esa ansiedad y facilitar mucho las cosas. Aunque también puede ser visto como algo cobarde y de ordinarios, cada cuál que elija sus pragmatismos.
Pero si esa visión de comodidad es insuficiente, siempre podemos ir a lo más elemental. Al estilo de WhatsApp Web, muchas aplicaciones de mensajería instantánea disponen de aplicaciones web desde las que copiar y pegar retazos de las conversaciones mantenidas. Copiamos un día, una hora y un lugar de una conversación, pegamos en nuestra agenda. Fin de las complicaciones. ¿Quién quiere más?
Nos hemos centrado en WhatsApp porque, por mucho que les duela al mercado norteamericano — ¡y al chino!—, es la aplicación de mensajería instantánea más usada del mundo. Así que aunque hemos listado las razones de por qué reclutar por WhatsApp, probablemente haya por ahí quien tenga una idea mejor con otro sistema parecido.
En todo caso, los tiempos cambian. Donde antes se estimaba que la importancia de una comunicación residía en cuánto tardaba en conseguirse respuesta, ahora se valora justo al revés y la respuesta debe ser inmediata para gozar de buena reputación. Por lo tanto, no es momento de dormirse en los laureles, ni esperando el doble check.