Decía el Conde de Chesterfield que el estilo es el ropaje del pensamiento, que un pensamiento bien vestido, como un hombre bien vestido, se presenta mejor. Cuando decidimos abandonar nuestra empresa para buscar un sitio mejor, puede ser complicado saber qué decir al dejar tu trabajo.
Si además tenemos en cuenta que nunca se sabe qué nos depara el futuro, es fácil reparar en la precaución de no ejercer una política de tierra quemada (a menos que tengamos la certeza de querer evitar cualquier contacto con el lugar que dejamos atrás). Así que si buscas una manera de salir con clase de tu empresa, te conviene saber qué palabras usar.
Quiero dar las gracias por todo lo que me habéis aportado.
Incluso si tu jefe o tu puesto de trabajo adolecen de serias deficiencias contra las que existen medidas establecidas por muchos organismos internacionales, es posible que en el futuro necesites una carta de recomendación o una referencia. Mejor dejar claro que hay papeles fundamentales cumplidos por su parte que gruñir a quien luego debamos suplicar.
Siempre podéis llamarme y os ayudaré con cualquier cosa que necesitéis tras mi marcha.
Jamás te llamarán para eso, y probablemente tampoco te plantees ayudar, pero esta frase ofrece una sensación de cierre armónico. Además, para mal o para bien, quien te sustituya será la nueva encargada de llegar o superar tu listón, con lo que los ojos estarán puestos en esa persona.
Echaré de menos trabajar aquí.
O puede que no lo hagas, pero rubricar tu despedida de esta manera te brinda la posibilidad de que, en la eventualidad de que algo salga rematadamente mal en tu nueva aventura, puedas volver a una casilla más avanzada que no sea la de salida.
No queremos dejar a un lado que, especialmente si no estabas a gusto en tu puesto de trabajo, estas son frases que pueden atentar contra tu propia integridad. De todos modos, estas palabras siempre funcionan, independientemente de tu percepción del lugar, y a menudo conviene usarlas aunque tu experiencia haya sido mediocre.
Finalmente, te hemos aconsejado las tres mejores frases que decir al dejar tu trabajo, a menos que fueras responsable de un desastre de magnitudes catastróficas. En ese caso, las palabras más adecuadas son hasta monárquicas: lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir.